Lorca, crónica de una pasión literaria, escrito en un íntimo tono sentimental que excede la crítica académica, es, no obstante, fruto de una seria y profunda investigación de muchos años. Desde una geografía lejana y mediada por otro idioma, pero provista de una mirada emotiva hacia la magia de su arte, la autora deambula por los senderos de la vida del poeta y el laberinto de sus pasiones y creencias. Cautivada por las enigmáticas callejuelas de El Albaicín y el perfume embriagador de los paisajes vegueros, por el alboroto vivaz de las calles madrileñas y el ambiente lánguido y caricioso de sus cafés, que también fascinaron al gran poeta andaluz, Bilha Blum propone a sus lectores una interpretación diferente de su poesía y drama, cimentada en una conexión simbiótica entre inspiración y vivencias, intelecto y pasión. Este enfoque literario tan original, resultado de un incesante sondeo en sus creaciones artísticas y en la relación con su familia y amigos, fue madurando gradualmente desde el primer encuentro de la autora con la poesía de García Lorca en Montevideo, su ciudad natal, que tuvo lugar en su adolescencia.