Afirmar que la arquitectura pueda explicarse y legitimarse con palabras no parece, en principio, una postura polémica o arriesgada. Cada estilo, movimiento, vanguardia o escuela que ha ido sumándose a la historia de la arquitectura ha empleado el lenguaje con fines semejantes —desde los primeros tratados hasta los sofisticados debates contemporáneos en torno a nuestros edificios estelares. Este libro intenta ahondar en la relación entre la arquitectura y el lenguaje para exponer los principios y las paradojas que esa relación establece. Examinando detenidamente casos tan representativos como el mito de Babel, los tratados de Vitruvio y Alberti, o los diversos manifiestos modernistas así como algunos ejemplos actuales, se verá que esa relación es mucho más problemática de lo que a menudo se supone, hasta tal punto que un cierto abuso del lenguaje se hace hoy necesario para seguir ofreciendo un sentido a la arquitectura.