Bajo la atenta vigilancia de Philo Vance y el sargento Heath, Lynn resulta envenenado cuando toma un vaso de agua proveniente del decantador privado del gerente del casino, el tío Kinkaid.
Lynn, jugador empedernido y heredero de una enorme fortuna que maneja su madre dipsómana, sobrevive al atentado. Pero cuando todavía se retuerce por los efectos del veneno, llega la noticia de que su esposa Virginia acaba de morir envenenada en la mansión familiar. Virginia ha dejado una carta suicida, pero Lynn sospecha que todo es una fabulación de su excéntrica madre, a quien cree culpable del asesinato.
Para complicar las cosas, el doctor Doremus es incapaz de encontrar trazas del veneno en las víctimas.
¿Están en peligro los herederos de la fortuna Llewellyn? ¿Qué pasará con Amelia, la sexy hermana de Lynn que ha seguido los pasos de su madre por la avenida del alcohol?
Un caso que solo el poder psicológico de Philo Vance está en condiciones de desenredar entre las volutas de humo de sus cigarrillos de lujo.