Una metáfora luminosa desde el centro de la locura.
El texto relatado por Walter C. Faulkner es una metáfora, que puede leerse literalmente. Durante las décadas del sesenta y setenta del siglo veinte hubo, en casi toda Sudamérica, la peor de las guerras: una ideológica. La democracia fue secuestrada por dictaduras militares, lo que generó acciones y reacciones violentas, con represión generalizada. Gente inocente sufrió innecesariamente. La historia ha registrado los hechos. No todos, pero muchos responsables han sido juzgados y condenados. Aún hay heridas por sanar. Esta breve novela relata su parte más oscura: el accionar en la cárcel del hospital psiquiátrico más grande de Argentina.
Con este contexto el autor plantea una tesis: comprender la realidad desde otra perspectiva. Al mundo se lo observa desde la razón y, en función de ella, se analizan los hechos, olvidando que la razón en insuficiente para entender el fenómeno humano. ¿Qué sucedería si se juzga la realidad desde la irracionalidad del arte al observar los hechos de un país desde el escenario de un teatro que representa la belleza perfecta, y la sociedad la realidad imperfecta? Quienes actúan siguen un guion racionalmente organizado. Están conscientes del papel que representan. En cambio, quienes actúan en la sociedad lo hacen sin guion, en forma inconsciente, actúan justificados por la simulación en la lucha por la vida.
Si la sociedad vive en medio de una alienación colectiva, el teatro puede ser el portal para salir de la alienación a una nueva realidad. Este cambio de paradigma empuja al lector inteligente a pensar más allá de lo literal.