Enrique F. Orfila nos da a través de sus respuestas, una esperanza y una alegría inmensas que no podremos olvidar. Enrique no quiere darnos enseñanzas, ni marcar caminos, pero cuando has vivido sus experiencias y comprendido lo que ha vivido, entonces te das cuenta de que algo muy profundo ha entrado en ti. Se trata de discernir, observar y de vivir con simplicidad.