Solo dos cosas habían conseguido que la atención del millonario Preston Dexter se alejara de la idea de ganar más dinero... ¡las piernas de Lily Stone! Desde el momento en el que vio aquellas dos maravillas, Dexter no pudo pensar en otra cosa que no fuera conquistar a la bella Lily. Pero, en su lucha por seducir a aquella encantadora virgen, descubrió que ambos sentían las mismas pasiones. Y, después de sus deliciosos besos, Preston se encontró dispuesto a aceptar cualquier cosa que ella le pidiera... incluso el más importante de los compromisos.