¿Se guardaba ella un as en la manga?
Willow Stead estaba hecha un manojo de nervios por tener que trabajar en un reality basado en un servicio de búsqueda de parejas presentado por el hombre que le partió el corazón en el instituto. Era una ironía del destino y, para colmo, él había tenido el valor de pedirle que salieran. ¿Debería arriesgarse y aceptar?
A Jack Crown le había bastado con volver a ver a Willow para desearla de inmediato, y la pasión no tardó en desatarse con mayor intensidad aún que la de los encuentros que aparecían en el programa.