Ellen Sheffield era la responsable de la seguridad del escurridizo jeque Rashid «Rudi» Qarif y había tenido que jugar muy duro para conseguir hacerlo volver a casa. Ahora no sabía muy bien si era su guardiana... o su prisionera.
Ella había esperado encontrarse con un niño mimado y en su lugar había dado con un auténtico enigma: un hombre orgulloso y fascinante de ojos inquietantes y sonrisa provocativa. Aun así, Ellen se preparó para hacer frente a sus dotes de seducción, mientras que Rudi centraba su lucha en conquistar su corazón. Entre la confusión y el deseo, Ellen desconocía las reglas del nuevo juego, pero estaba deseando que venciera Rudi...