Emma O’Rourke, secretaria, trabajaba mucho y trataba de pasar desapercibida hasta que la encargaron que fuera a buscar al heredero de los hoteles Kent y tuvo que salir de la sombra.
Gideon Kent, cansado de todo, llevaba mucho tiempo navegando por el mundo y cuando atracó su barco se quedó sorprendido al ver que Emma estaba esperando.
Hasta ese momento se había negado a asumir el papel que le correspondía desde su nacimiento, pero la diligente y bonita señorita O’Rourke tal vez le hiciera cambiar de opinión.