Ella no buscaba historias con final feliz, sino ser feliz en su propia historia.
Después de una traición amorosa, a Blanca se le desmorona su mundo de la noche a la mañana. Para aclararse las ideas, tras haber roto con todo decide aceptar la oferta de su hermana y trasladarse a Estocolmo durante una temporada. Allí, tremendamente deprimida, Blanca solo puede verse como un estorbo: no habla la lengua, no tiene trabajo…
Hasta que un día se cruza con un hombre al que sigue como Alicia tras el Conejo Blanco, que la conduce a una madriguera donde está Einar Lönnberg: un zorro para los negocios que, tras conocerla a ella y su encantadora sonrisa, decide contratarla como agente inmobiliario.
Con Einar como jefe, para Blanca empieza una nueva vida en Estocolmo en la que se harán realidad muchos sueños.
La capital sueca se convierte en el escenario principal de esta novela. Sus calles y canales son cómplices de la historia de Blanca, una joven que decide empezar de cero para convertirse en la mujer que ni ella misma hubiese creído que llegaría a ser.