Escrito en Roma entre 1997 y 1998, y publicado en 1999, La tumba de Keats conforma una autopsia de Roma, metonimia escatológica de la podredumbre de la iglesia capitalista, de su banca, de sus ejércitos, de su burocracia, de su pancatolicismo nada cristiano. Desde su música profética y su expresionismo acumulativo, armados de piedad, rencor y memoria, sus versículos encarnan con realismo un proyecto poético iconoclasta que se revela en estos tiempos de desahucio como la mala conciencia de nuestra época.