El profesor y jurista Maximiliano Prado, con su inteligencia y rigurosidad, logró no solo contribuir al desarrollo del Derecho en nuestro país, sino que también tuvo la virtud de provocar intelectualmente a sus interlocutores generando a partir de ahí la reflexión y el análisis de temas que muchas veces ni siquiera se habían planteado. Tuvo la virtud de convocar y dejar huellas. Él era riguroso y al mismo tiempo afable; tenía el don de explicar con simpleza cuestiones altamente complejas, y mantenía un sentido del humor que permitía destrabar cualquier discusión árida y aparentemente sin solución.
- Créditos
- Portadilla
- Índice
- Prólogo
- Artículos de doctrina
- Contra los testimonios de oídas pre-constituidos
- La extensión del convenio arbitral a partes que no lo han suscrito
- La buena fe en el Derecho Colectivo del Trabajo
- La Paternidad en el Derecho: una visión comparada
- Abogados, clientes y juicios: ¿de quién es la última palabra?
- Del paradigma de la dañosidad social centrado en la infracción normativa al paradigma metodológico centrado en la norma de sanción penal: un falso dilema
- Estudios jurídicos, sociales e históricos
- La consulta indígena del Convenio OIT Nº 169 y el SEIA
- Reflexiones sobre la creación de una Subsecretaría de Derechos Humanos en el Poder Ejecutivo en Chile
- Imágenes y Política en el Barroco Americano
- La obra de Maximiliano Prado
- Epieikeia y razonamiento jurídico en Aristóteles
- La cuestión indígena y las exigencias del reconocimiento