En Aflicción y equilibrio se percibe el deseo del poeta de sublevarse contra la adversidad, contra el fatalismo, contra las imposiciones sociales.
La poesía no es un antídoto contra el veneno de la enfermedad o contra el virus de la culpa, pero, mientras la escribe, el poeta se encuentra más cerca de comprender las razones por las que determinados acontecimientos dan forma a su manera de enfrentarse a la realidad. En Aflicción y equilibrio se percibe el deseo del poeta de sublevarse contra la adversidad, contra el fatalismo, contra las imposiciones sociales. Sus poemas parten de un hecho anecdótico para indagar en la condición humana y para mensurar los afectos en las relaciones familiares. Aun sabiendo que existe una distancia insalvable entre la experiencia vivida y su transcripción en la página, Carlos Alcorta manifiesta un profundo convencimiento en que el lenguaje será capaz, si no de brindar un alto grado de comprensión, sí de imprimir en el lector una emoción estética no muy distinta a la que impulsó la escritura. Hallar el equilibrio entre el homenaje y la expiación no resulta una tarea fácil, pero el riesgo de intentar conciliar ambas actitudes es siempre más fructífero que la condescendencia.
Carlos Alcorta (Torrelavega, 1959) es poeta, editor, crítico y gestor cultural. Ha publicado libros de poemas como Condiciones de vida (1992), Cuestiones personales (1997, Premio Alegría / José Hierro), Compás de espera (2001), Trama (2003, accésit del Premio Ciudad de Salamanca), Corriente subterránea (2003, Premio Hermanos Argensola), Sutura (2007), Sol de resurrección (2009), Ejes cardinales. Poemas escogidos 1997-2012 (2014), Ahora es la noche (2015) y Tiempo vivo (2019). Ha publicado el ensayo literario Casa sin puertas (2017). Ejerce la crítica literaria y artística en revistas y otros medios de comunicación. Entre 1985 y 1991, codirigió la colección de poesía Scriptvm, y desde 1997 hasta 2007, la revista de literatura Ultramar. Actualmente, coordina las Veladas Poéticas de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y es corresponsable de las actividades del Aula Poética José Luis Hidalgo.
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