Alice Hastings, bella y rebelde, está convencida de que nadie puede obligar a una mujer a hacer aquello que no desea. Claro que no lo tiene fácil, siendo la sobrina mimada de un vizconde, dueño de un periódico donde ella escribe incendiarios artículos con el seudónimo de J. Steward. ¿Casarse, tener hijos y asentir con una sonrisa falsa en las hipócritas cenas de la alta sociedad? Antes muerta. ¡No hay nada que Alice odie más que eso! Sí, quizás sí haya algo… Reine Clifford, el dueño del periódico conservador de la competencia. Aristócrata, insufrible, déspota… y con unos irresistibles ojos azules que parecen conocerla bien.
Raine Clifford solo tiene una idea en mente: descubrir quién es J. Steward, cuyos artículos hacen ganar a la competencia una fortuna. Esa es su única obsesión hasta que, durante la cena anual de sus padres, los condes de Deerwood, conoce a la menuda e indómita Alice Hastings. Ella le dejará claro que una mujer puede expresar claramente sus opiniones y darle en lo que más duele, su orgullo. No es decente que Alice, beligerante, instruida y comprometida con la causa sufragista aproveche cada ocasión para vociferar sobre sus principios y convicciones. Ella es lo contrario a la esposa ideal. No obstante, a partir de ese momento la obsesión de Raine se dividirá entre J. Steward y la atracción irresistible que siente por la mujer de bellos ojos almendrados y lengua afilada.
"La trama está muy bien estructurada, con abundantes giros que mantienen enganchado al lector a la historia. El ritmo de esta historia es muy ágil, con mucho diálogo que ameniza la lectura.
Los personajes están muy bien delineados, destilando una gran fuerza que enseguida hace que el lector les coja cariño."
Cientos de Miles de Historias
"Sus conversaciones tan ingeniosas y apasionadas, unidas a la manera de narrar fresca y ágil de la autora convierten su lectura en una delicia que se vuelve totalmente adictiva. Un libro maravilloso que me ha enamorado sin remedio robándome el corazón."
Florecilla de cereza
Nunca, jamás, una Nota de Autora me emocionó tanto como la que hay al final de ‘Sueños de tinta’. Si la sensación que tuve al acabar la historia fue increíblemente buena, cuando leí las palabras de Rowyn Oliver sobre las intenciones del libro y las mujeres a las que, indirectamente, va dedicado, me hizo llorar como una niña. Y es que ‘Sueños de tinta’ es una declaración de intenciones narrada al más puro estilo Oliver, con una facilidad para despertar emociones que abruma. Una historia divertida, con sus toques de intriga, con la expectación a flor de piel en cada página.
Letras, libros y lecturas con arthe