Ángel María Garibay Kintana (Toluca, 18 de junio de 1892-Ciudad de México, 19 de octubre de 1967).Fue un sacerdote católico, filólogo e historiador mexicano, y se distinguió por sus estudios de las culturas prehispánicas y por sus compilaciones de los presentes textos náhuatl. Es considerado uno de los más notables eruditos sobre la lengua y la literatura náhuatl, y fue maestro de algunos de los más destacados investigadores mexicanos de dicha cultura. Entre ellos el antropólogo e historiador Miguel León-PortillaHuérfano a los cinco años, Garibay fue criado por una tía en el pueblo de Santa Fe, cercano a la capital mexicana. En la escuela de esa localidad completó sus estudios elementales, y en 1906 ingresó al Seminario Conciliar de México para comenzar su carrera eclesiástica. Su interés por las culturas antiguas de su país se inició en esos tiempos; aprendió el náhuatl, y comenzó a estudiar documentos del México antiguo. Al mismo tiempo, estudió latín, griego y hebreo, y llegó a dominar también el inglés, el francés y el alemán.Se ordenó sacerdote en 1917. Su asignación a la parroquia de Xilotepec le sirvió para aprender otomí.Garibay combinó su carrera religiosa con su trabajo de investigador y su interés por mejorar las condiciones de vida de las comunidades indígenas. Permaneció en Xilotépec hasta 1919, cuando regresó al Seminario donde en 1924 fue profesor de Humanidades y Retórica. Durante este período, fue párroco en varias poblaciones de la región central de México: San Martín de las Pirámides, Huixquilucan, Tenancingo y Otumba.En 1941 fue nombrado Canónigo Lectoral en la Basílica de Guadalupe. Había publicado ya algunos de sus trabajos, pero es a partir de la década de los cuarenta que comienza la escritura de sus obras más significativas.En febrero de 1952 fue elegido Miembro Honorario de la Academia Mexicana de la Lengua, y pocos meses más tarde fue promovido a miembro de número. Ese año, en el 400° aniversario de la Universidad Nacional Autónoma de México, recibió el título de Doctor Honoris Causa. Poco tiempo después fue nombrado profesor extraordinario de la Facultad de Filosofía y Letras de esa Universidad y en 1956 ingresó en el Instituto de Investigaciones Históricas; al mismo tiempo que se convertía en director del Seminario de Cultura Náhuatl.