Werner Stieghel regenta un restaurante en la costa levantina. En Alicante, sus días transcurren entre manteles y clientela, pero lo que nadie se imagina es que esconde un pasado como agente de la RDA. Y menos todavía podría imaginarse que ese pasado no ha quedado atrás por completo. En ocasiones concretas y para gente determinada, actúa también como sicario.
Wilhem Strohmeier el káiser, contacta con él para encargarle un asesinato. Quiere que busque y mate a Nadja, una mujer rusa cuya seña más distintiva es su tatuaje en la espalda. La mujer está ilocalizable, por lo que Werner debe emprender un viaje en el que recorrerá parte de centro Europa. Su periplo le traerá recuerdos que no quería recuperar y le forzará a reencontrarse con viejos amigos, todo para extender la red que le permitirá encontrar y eliminar a Nadja.