El amor de Paloma y las excursiones de los fines de semana enriquecieron mi vida.
Vivir con Paloma me llevó a compartir sus fines de semana, estar con su grupo de amigos en las excursiones, así como a interveniren sus tertulias y las noches de jazz.
Tuvimos que ir varias veces a Villarta de San Juan, en La Mancha, para conocer a su familia y ser uno más entre ellos.