Del autor de El embalse 13. Una reflexión sobre los límites del cuerpo y del lenguaje, sobre nuestras fragilidades y la red de afectos que nos sostiene.
Una pequeña expedición antártica acaba en tragedia tras una fuerte tormenta. Uno de los miembros del equipo ha desaparecido y otro, Robert Doc Wright, un veterano del trabajo de campo en la Antártida que tiene las claves de lo que ocurrió, ha perdido el habla y parte de la movilidad. De vuelta en casa, las consecuencias del accidente alcanzan a toda la familia. Su mujer Anna, científica, se enfrenta a una nueva vida como cuidadora a tiempo completo, mientras que Robert está obligado a aprender una nueva manera de estar en el mundo.
El multipremiado novelista Jon McGregor regresa con esta impactante novela que desmenuza de forma tierna y cautivadora la noción de heroísmo y explora las secuelas de los accidentes vasculares cerebrales. Una reflexión sobre la fina línea que separa el sacrificio del egoísmo, una novela sobre el infravalorado e inadvertido coraje que se necesita para llegar hasta el final del día.
«Un libro espectacular. Tan conmovedor y delicado y aterrador e inquietante; un hábil recordatorio de nuestra fragilidad y fortaleza.» Maggie O’Farrell
«Precioso (...) deja al lector conmovido y sutilmente transformado, como si hubiese pasado a formar parte de la historia.»Hilary Mantel
«Jon McGregor vuelve a revelar su maestría para abordar las historias de lugares pequeños y cerrados.» Carmen de Pascual (La Lectura - El Mundo)
«Una sagaz mirada sobre el apego, la necesidad y el amor en los vínculos de pareja.» Diego Gándara (La Razón)
«La palabra para rojo es ciertamente un reto de primera magnitud, concebido como si deseara llegar más adelante de todo lo conseguido hasta el momento.» José María Guelbenzu (Babelia / El País)
«Jon McGregor nos abre con la llave de su inimitable estilo marcado por la sencillez la complejidad de las motivaciones humanas.» Fernando Bonete (El Debate)
«Jon McGregor huye de los grandes dramas de las novelas para ahondar en las pequeñas tragedias humanas.» Luis M. Alonso (La Nueva España)
«El paisaje, lejos de ser un simple decorado, determina decisivamente la trama y acaba funcionando casi como un estado mental.» Miguel Artaza (Pérgola)