Las tierras del Plata inician su vida literaria con las descripciones y comentarios de la Conquista, con las relaciones y crónicas del descubrimiento e incorporación de sus amplias geografías al mundo hispánico. Desde la hora primera, de milicia o evangelio, en las ambiciosas extensiones rioplatenses, que luego se llamarán Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia, se encuentra ya al soldado poeta o al fraile rimador. España, al llevar a América la civilización cristiana y la conciencia de la unidad moral de los pueblos, deja, como una caricia, la gracia de una lengua y la iniciación de una literatura gozosamente vivificada por el verso.