Dicen que Miguel de Unamuno, en su fatídico discurso del 12 de octubre de 1936, afirmó que «la nuestra es solo una guerra incivil», y la verdad es que la guerra que desgarró España entre julio de 1936 y abril de 1939 no era ni civil ni española. Cada país de Occidente reaccionó al conflicto con una intensidad difícil hoy de imaginar. En la lejana retaguardia de Hispanoamérica, sobre todo, la guerra se vivió y se sufrió como si fuese en carne propia. Cinco años de republicanismo habían convertido la antigua madre patria en un espejo donde se veían reflejados muchos de los temores y aspiraciones de las repúblicas hispanoamericanas, y cada país se escindió en disputas airadas, apasionadas, en torno a la guerra y a las nociones de la sociedad y del ser hispano defendidas y encarnadas por los distintos bandos: republicanos, socialistas, comunistas y anarquistas, por un lado; monárquicos, católicos y fascistas, por el otro. Nunca se había escrito tanto sobre España: poemas, narraciones, obras dramáticas, testimonios, crónicas, ensayos, artículos periodísticos y panfletos.
El presente libro, el primero de la colección Hispanoamérica y la guerra civil, estudia y muestra el impacto que tuvo la guerra en los intelectuales de Ecuador, un país que estaba viviendo un momento de verdadero esplendor en su literatura. La guerra civil trastornó el campo intelectual ecuatoriano, impulsó un encendido diálogo sobre los deberes del escritor y se convirtió en un tema casi ineludible para todos los intelectuales.