Aquello era mucho más de lo que ella había pedido.
Brooke Blake se pasaba la vida haciendo realidad los sueños de los demás, y sin embargo ella iba a tener que acudir a un banco de esperma para alcanzar su más ansiado deseo. Hasta que, después de una sola noche de pasión con un increíble texano, su vida dio un giro de ciento ochenta grados.
Entonces Caleb Lander, el cowboy que había despertado sus ansias más escondidas, descubrió que ella era la forastera que había comprado las tierras de su familia. Así que Brooke le sugirió lo que a ella le parecía un trato muy sencillo: el rancho para él y un niño para ella.
El problema era que cuanto más tiempo pasaba en la cama con él, más quería el paquete completo: el niño, el rancho y el hombre.