1967. Antonio y Patricia, dos hermanos a punto de concluir el Bachillerato, se consumen de impaciencia. Ese verano les visitan los hijos del registrador, jóvenes modernos de la alta burguesía con quienes se inicia una relación equívoca. Yuste, un cura escolapio, profesor de Antonio, trata de retenerle bajo su influencia proponiéndole que participe en un certamen literario sobre la figura de Azorín, escritor al que la progresía intelectual identifica con el franquismo. Una disección humanística y ácida de la provincia española elevada a símbolo. Un mundo a punto de explotar debatiéndose entre el deseo y la represión.