Contar historias no es pecado

Contar historias no es pecado

  • Author: Aparici Pastor, Moisés
  • Publisher: Editorial Club Universitario: ECU
  • eISBN Pdf: 9788416966295
  • Place of publication:  Alicante , Spain
  • Year of publication: 2017
  • Pages: 189
Bajo la piel del tiempo y sus amables arrugas en comisuras y frente, sus pechos todavía permanecían vivaces. Se le notaba la llama de la juventud que se resistía a emanciparse. Al sonreír su risa quedaba cálida pese a que de continuo se le andaba enfriando. !Lástima de mujer! Para cuando la conocí, sus ojos negros no eran más que brasas frías.Los días caían del calendario al ritmo que sus tormentos renacían. Llevaba tiempo sin empleo. En el anterior el usurero de su jefe intentó acosarla en sus arranques de pasión desmedida y, cuando le plantó cara, este le indicó la puerta de salida. Desde entonces su gesto quedaba solitario y en el pozo de su alma anidaba desesperación. Su cascada de sueños no eran más que ilusiones rotas, aunque nunca hizo nada para que sus pasos quedasen apagados. Hasta la calle le hacía notar su soledad.En sus llantos bajo el sol, sentada en el parque se dolía en banderillas cual astado herido y pensaba en su sepultura, creyendo que la vida se acababa. Miraba con disimulo al anciano que a su frente, gozoso, ajeno a la ordenanza de prohibición, lanzaba trocitos de pan a las palomas mientras les hablaba. Pero ella, en su delirio de dolor, no apreciaba más que tempestad de imágenes confusas. En un momento de dejadez, una mujer indigente se sentó a su lado. Puede que la vida tampoco le hubiese tratado con cariño, pero harapienta o no, con mugre o sin ella, conocía lo que comportan las lágrimas de dolor...Contar historias no es pecado es un trabajo fácil para quien lo escribe al dejar vagar su atención una vez fijado el tema o contenido de cada historia. Y los sentimientos fluyen a través de sus personajes y de la marcada situación o descripción de cada circunstancia. La descripción de sus situaciones puede recordarnos a personas o escenas reconocibles por cotidianas. Sin duda alguna, las reconocerás en sus brillos alegres o nieblas tristes. La escueta extensión de sus sesenta y cinco relatos te ayudará a saltar de uno a otro hasta llegar a su final. Disfrútalo, Contar historias no es pecado.
  • Cover
  • Title page
  • Copyright page
  • Índice
  • Agradecimientos
  • Dedicatoria
  • Prólogo
  • Nota del autor
  • La revelación
  • Porque la abuela fuma
  • Vientos del alma
  • Alma de paloma
  • El día se levanta
  • Lo contumaz de la cosa
  • La suerte del viñedo
  • Todo su pelo atrapado bajo la luz del sol
  • Un día perfecto
  • Mi gato pasea por casa ajena
  • Sutil ironía
  • El buzón
  • Inmune al hastío
  • Errante en el camino
  • Lista de la compra
  • Bragas al fresco
  • La perla
  • El bolígrafo
  • Sonrisa prestada
  • La mentira
  • En la bruma del atardecer
  • El sonido del adiós
  • Si sube, ha de bajar
  • El hombre más cobarde del mundo
  • No me digas
  • Un médico en tu vida
  • Sonrisa difícil
  • Mueca en mi cara
  • Ojos de brillo entusiasta
  • Sonrisa mansa yhumilde
  • «Tenía que ser mujer»
  • Un día de locos
  • Vivir en la cumbre
  • Háblame de mujeres
  • Atajo discurrir del tiempo
  • ¿Por qué papá ha tirado tu vestido?
  • Rápido para hoy
  • Pedro
  • Una calva reluciente
  • Y lo que importa es el momento
  • Jugando a ser mayor
  • El impulso
  • La mancha
  • El anuncio
  • Una luz diferente
  • Sucio aspecto
  • Hablamos del hombre
  • Amarillo ilusión
  • Nocturna confusión
  • Imagen distorsionada
  • Risa en los ojos
  • La edad de las mujeres
  • No es el crepitar de hojas estremecidas
  • Frialdad impulsiva
  • El tiempo del sida
  • Miradas de conmiseración
  • Frustrado afán
  • La pinta
  • Sonrisa mansa yhumilde
  • Una caja de bombones
  • Pequeñas ilusiones
  • El ancla se mueve
  • Dos días en soledad
  • Marinero en río de soberbia
  • Tranquila luminosidad

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