Ivanka tenía que dar a luz. Arreglaron la casa cuidadosamente para ese momento festivo. Todo estaba lavado, limpio, planchado, oloroso. Todos los vecinos se lavaron el pelo y los pies para la ocasión. Se peinaron y vistieron las ropas más festivas. El papá, Tomislav, ese día se afeitó dos veces. El abuelo se dejó crecer los bigotes y se cortó los pelos de la nariz y las orejas —dijo que poco a poco se estaba transformando en vampiro, y para que el niño no se asustara le pidió a la abuela que le quitara esos pelos... Así comienza “El niño que no quería nacer”.
Con un tono chistoso y juguetón, el croata Zvonimir Balog consagra en esta novela el amor como principio supremo de la vida. Alternando entre la risa directa y profundas reflexiones sobre la experiencia, una historia extraña llevará a los lectores a reencontrarse con los momentos más divertidos y memorables de su niñez.