El poema JERÓNIMO es la primera consecuencia poética —y testimonio al mismo tiempo— del acontecimiento trascendental que ha sido la primera visita del hombre a nuestro satélite. Fue escrito casi en su totalidad con anterioridad al viaje Apolo XI y cuando la fecha y objetivos del mismo eran ya de todos conocidos.
Sólo sus dos últimas partes (16 y 17) nacieron una vez logrado el alunizaje e inmediatamente después de ver al primer astronauta pisar la Luna.