Los amantes de Gibraltar nos sitúa inicialmente en el Imperio Bizantino que a principios del siglo VIII debe afrontar el embate de la conquista árabe y el empuje del islamismo creciente en la zona. Para evitarlo, el emperador Justiniano II encarga a su consejero Angelos que actúe como espía y consiga desviar la atención de los califas y emires árabes hacia España, lo que le lleva a un emocionante viaje, repleto de intrigas y aventuras, hasta el estrecho que separa el Magreb de la Península, frente a lo que por entonces era conocido como Monte Calpe. Angelos lleva a cabo intensas gestiones ante Walid I, pero finalmente, en el año 711, será el amor entre la bella Florinda y el general Tariq ibn Ziyad lo que acabe por provocar el desembarco árabe en lo que no tardaría en conocerse como Jabal Tariq o “montaña de Tariq”, posteriormente castellanizado como Gibraltar. Y posteriormente Tariq llegaría hasta Toledo.
La invasión musulmana del año 711 de lo que por entonces era parte del reino visigodo es un episodio nunca antes novelado con rigor, pero lleno de puntos de interés y que permite al autor plantear algunas cuestiones acerca de las relaciones entre culturas muy diversas que resultan muy pertinentes en nuestros tiempos. Remontándose a su origen en Constantinopla y centrándose en sus implicaciones internacionales, Baudis puede desplegar una espectacular epopeya histórica en la que se entrecruzan la política, el espionaje, la aventura bélica y la historia de amor en una historia muy bien contada, de ritmo muy ágil y rara profundidad de ideas. Ideas, por otra parte, de palpitante actualidad en nuestros días.
Esta novela fue galardonada con el prestigioso Prix Méditerranée (que antes obtuvieran Tahar ben Jelou, Amin Maaluf, Jean-Christophe Rufin, Jaume Cabré o Almudena Grandes) en el año 2010.