Este libro invita al lector a recorrer en tiempo y espacios diferentes la tensión dialéctica que ha entretenido siempre las relaciones entre técnica y naturaleza.
La propuesta por la que discurre el texto mantiene un cierto desdén por aquellos postulados que elevan el proyecto de la arquitectura a un modelo de maga-técnica-simbólica, sin mirada que funda, y que promete la solución de cualquier problema de hábitat, junto a un cierto reproche crítico hacia el arquitecto por la pretensión de querer controlar el conocimiento total del «proceso creador» del espacio arquitectónico.