La aventura humana que el autor nos presenta, las personas que nos acerca, las inquietudes que están latentes o explícitas en los conflictos de un tiempo lejano que se hace próximo, son una prueba de la capacidad de comprensión y del rigor del análisis de este joven historiador. Con sensibilidad muy viva y con una gran capacidad de empatizar, con el desafío de comprender un mundo en ciertos aspectos extraño que se hace próximo por el estudio y el interés por la humanidad, el autor hace de Anganamón nuestro contemporáneo, lo trae de vuelta a la vida en momentos en que en Chile se habla continuamente del conflicto mapuche.