Muchos siglos atrás, las divinidades egipcias, ya sabemos que los dioses son caprichosos, regalan a un campesino la tablilla de la Vida Eterna. El extraordinario objeto pasará de mano en mano hasta que el faraón Tutmosis III lo hace enterrar, convencido de que será para siempre. Una diosa-demonio había prometido entregar la tablilla a su fiel servidor Seneptha. Pero éste muere a manos del guerrero Karemheb, el Guardián del Valle de los Reyes, y la diosa se venga ordenando que lo asesinen y lo entierren en la tumba de Seneptha. En nuestros días, los arqueólogos Esther Rivet y Moses Connor descubren la tumba, y en ella una tablilla y un anillo. Y sin proponérselo, resucitan al servidor de la diosa. Pero Seneptha no volverá a la vida solo? Karemheb, el ancestral guerrero, volverá con él. Esther no puede remediar enamorarse del enigmático ser de otro tiempo. Y la atracción entre ambos acabará por convertirse en un amor por el que estarán dispuestos a enfrentarse a todo, e incluso a morir por preservarlo.