El día de Navidad era la fecha límite
¿Qué clase de hombre podía llegar tarde al funeral de su hermano? Uno frío y sin corazón, uno en el que Eve Darling, que se encontraba embarazada y sola, sabía que no podía confiar. Pero no iba a poder evitar al arrogante, despiadado y guapísimo Mac Kingston, que le reclamaba la herencia que su hermano le había dejado a ella.
A medida que se acercaba la fecha del parto, más segura estaba Eve de que debía mantenerse alejada de la sonrisa amable y el corazón herido que se escondían detrás de la gélida apariencia de Mac. Hasta que una increíble tormenta de nieve la obligó a reconocer la bondad que había en él, ¡y su habilidad para traer bebés al mundo! Eve había encontrado al padre y al marido perfecto con el que podría formar una familia de verdad. Pero iba a hacer falta un verdadero milagro navideño para convencer a Mac de que se atreviera a amar de nuevo.